La técnica consiste en trabajar con arenas naturales para plasmar sobre lienzos de madera diferentes composiciones, ya sean abstractas o figurativas.
Es importante recalcar que todas las arenas tienen su color natural y no se utiliza ninguna clase de tinte para conseguir los colores resultantes. Esto es una gran limitación a la hora de reproducir paisajes o entornos, pero conserva la naturalidad de las materias primas obtenidas directamente del suelo.
A lo largo de las diferente fases de creación se va pegando con cola la arena sobre los lienzos trabajando en varias capas para dar a las obras mayor resistencia. La utilización de la cola limita aún más la creación de las obras ya que sólo se puede trabajar en ellas durante los meses de otoño y primavera.
A veces un cuadro de Isabel, como una playa viva, nos ofrece fantásticas mezclas de colores, de aromas, de suspiros, que nos dan la impresión de haber cambiado de universo. ¿Será que las arenas verdaderas, de verdaderos tonos naturales, nos llaman al paisaje de su cuna? ¿Será que todo en la vida tiene alma? Seguro; pero se necesita un dios que se la infunda, o una diosa…
Luis García-Camino Burgos – Poeta